EL MITO DE MEDUSA
Si
hay un personaje de la mitología griega que es conocido por todo el mundo ese es el de Medusa. Figura
emblemática que ha aparecido en infinidad de crónicas sobre aventuras de los
grandes guerreros griegos y que nos ha dejado profunda huella, marcando este
personaje y su mito gran influencia a lo largo de nuestra historia. La mitología griega cuenta que Medusa era
hija de Forcis y Ceto, dos de las distintas divinidades del mar que vivían en
la parte más occidental del mundo, una zona muy cercana a la que los griegos
consideraban que se hallaba el reino de los muertos.Tenía
dos hermanas llamadas Esteno y Euríale, ella era la más pequeña de las tres
Gorgonas, raza de mujeres guerreras. La apariencia de estas criaturas provocaba
miedo y espanto, ya que sus cabellos estaban formados por numerosas serpientes
que silbaban sacando sus bífidas lenguas, siendo capaces de morder e inyectar
veneno a medio metro de distancia, a la vez que sus profundos ojos con las
pupilas verticales se clavaban en sus víctimas.
Sus cuerpos estaban cubiertos de escamas de dragón, poseían grandes colmillos de jabalí en sus bocas, manos de bronce y alas de oro, las cuales pesaban tanto que con ellas no podían volar. Esteno poseía una extraordinaria fuerza psíquica y física con la que fácilmente manipulaba a todo aquel que se acercaba. Euríale, la mayor de las tres, tenía un gran don en su sangre, era capaz de sanar a cualquier persona. Ahora bien, su sangre sólo curaba cuando brotaba de su lado derecho; si lo hacía del izquierdo se convertía en el más letal de los venenos. Aunque el hecho más temible de estas Gorgonas, era que si las mirabas directamente a los ojos te convertías en piedra aunque fuese por un breve instante. Sin embargo, Medusa, la más pequeña de las tres hermanas, fue la única Gorgona que nació con una gran belleza, incluso existen odas escritas por distintos poetas como Píndaro y Ovidio que describen su inmensa gracia.
Sus cuerpos estaban cubiertos de escamas de dragón, poseían grandes colmillos de jabalí en sus bocas, manos de bronce y alas de oro, las cuales pesaban tanto que con ellas no podían volar. Esteno poseía una extraordinaria fuerza psíquica y física con la que fácilmente manipulaba a todo aquel que se acercaba. Euríale, la mayor de las tres, tenía un gran don en su sangre, era capaz de sanar a cualquier persona. Ahora bien, su sangre sólo curaba cuando brotaba de su lado derecho; si lo hacía del izquierdo se convertía en el más letal de los venenos. Aunque el hecho más temible de estas Gorgonas, era que si las mirabas directamente a los ojos te convertías en piedra aunque fuese por un breve instante. Sin embargo, Medusa, la más pequeña de las tres hermanas, fue la única Gorgona que nació con una gran belleza, incluso existen odas escritas por distintos poetas como Píndaro y Ovidio que describen su inmensa gracia.
La
leyenda cuenta que esta extraordinaria belleza deslumbró a Poseidón, el dios de
los mares, seduciendo a Medusa que era sacerdotisa de la diosa Atenea y osando
a poseerla en el sagrado templo, frente a la estatua de la diosa virgen de la
sabiduría.
Esta deidad, que era muy severa en cuestiones que atentan contra la moral, se enojó ante esta profanación, y en vez de enfrentarse a Poseidón, castigó a su súbdita, convirtiéndola en un monstruo, en una criatura despreciable, en un ser horrible de cabellos de serpientes, al igual que lo eran sus hermanas mayores… despojándola también de su inmortalidad y desterrándola a las tierras más lejanas, al Inframundo. Su desgracia no finalizó aquí, ya que quedó engendrada por Poseidón y la diosa Atenea colérica, ordenó matarla, enviando a Perseo, hijo de Zeus y de la mortal Dánae. Este semidiós fue ayudado por los dioses, ya que Atenea le dio su escudo con la finalidad de que pudiera evadir directamente la mirada de Medusa; Hades, un casco que le hacía invisible; Hermes, unas sandalias con alas para poder volar y moverse ágilmente y las ninfas le dieron un saco especial para poder llevar la cabeza de Medusa. Perseo logró decapitar en un solo acto a la maltrecha Gorgona. De su cuello salieron sus hijos, el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor. El joven semidiós llevó la cabeza de Medusa en un saco a Atenea, quién la incorporó a su escudo de batalla, conocido como Égida. Desde entonces, el escudo de Atenea contaba con el rostro dela
Gorgona , lo que la hacía invencible y su sangre fue guardada
en dos frascos, dándoselos a Asclepio, fundador de la medicina griega. La
sangre de uno de ellos era un potentísimo veneno y la del otro una poción
curativa. Cuenta la leyenda, que en el
largo camino de Perseo de regreso a Grecia, las gotas de sangre que procedían
del saco cayeron al mar convirtiéndose al instante en el coral conocido como
Gorgona, mientras que las que cayeron en el desierto se trasformaron en
serpientes.
Esta deidad, que era muy severa en cuestiones que atentan contra la moral, se enojó ante esta profanación, y en vez de enfrentarse a Poseidón, castigó a su súbdita, convirtiéndola en un monstruo, en una criatura despreciable, en un ser horrible de cabellos de serpientes, al igual que lo eran sus hermanas mayores… despojándola también de su inmortalidad y desterrándola a las tierras más lejanas, al Inframundo. Su desgracia no finalizó aquí, ya que quedó engendrada por Poseidón y la diosa Atenea colérica, ordenó matarla, enviando a Perseo, hijo de Zeus y de la mortal Dánae. Este semidiós fue ayudado por los dioses, ya que Atenea le dio su escudo con la finalidad de que pudiera evadir directamente la mirada de Medusa; Hades, un casco que le hacía invisible; Hermes, unas sandalias con alas para poder volar y moverse ágilmente y las ninfas le dieron un saco especial para poder llevar la cabeza de Medusa. Perseo logró decapitar en un solo acto a la maltrecha Gorgona. De su cuello salieron sus hijos, el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor. El joven semidiós llevó la cabeza de Medusa en un saco a Atenea, quién la incorporó a su escudo de batalla, conocido como Égida. Desde entonces, el escudo de Atenea contaba con el rostro de
De
esta triste leyenda, me llama la atención la fatídica e injusta historia en la
que, por una relación sexual que incluso pudo ser no consentida, una joven
estuvo maldita toda su vida.
Una condena que terminó convirtiendo a la bella Medusa en un símbolo de mujer peligrosa, en la señora de las bestias, en la mediadora entre el cielo y el infierno, la transformación eterna, el reflejo de la vida, la muerte, el renacimiento y la representación de la sabiduría femenina.
Una condena que terminó convirtiendo a la bella Medusa en un símbolo de mujer peligrosa, en la señora de las bestias, en la mediadora entre el cielo y el infierno, la transformación eterna, el reflejo de la vida, la muerte, el renacimiento y la representación de la sabiduría femenina.
En
el mito de Medusa, esta Gorgona fue simplemente, una víctima de la furia
divina.
Fin.
Por Virginia Ripalda Ardila.
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