domingo, 6 de mayo de 2018

Madre



MADRE


Madre, que palabra más hermosa y a la vez grandiosa, porque no sólo representa la persona que me dio la vida, sino aquella que se desvivió por mí con infinita ternura.

Bendito el día que la hermosa luz de tus ojos se mostró ante mí la mañana que yo nací. Bendita luz que alumbra el largo y difícil camino que como un faro en el puerto guía al marino en su barco. 

Mil gracias madre por ayudarme sin ninguna condición. Mil gracias por quererme tal como soy, con mis virtudes y mis defectos.
Mil gracias por ser lo que eres, una mujer valiente, una mujer luchadora. ¡Cuánto agradezco los sabios consejos que me has dado a lo largo de mi existencia! ¡Cuánto agradezco el calor de tu pecho en los fríos días de invierno y esas largas noches de desvelo de lunas interminables!

Miedo le tengo al silencio de tu voz, pavor me da la extinción de la luz de tus  lindos ojos. Y…el día que me faltes rugirá el cielo, gritaré al viento y un gran quejido  me desgarrará el alma, partiendo mi corazón en dos.
A Dios le pido, a Dios le imploro,  si hace falta de rodillas, que me dures mucho, mucho tiempo.

¡Te quiero mamá!