INÉS ESTEBAN Y LA SANTA INQUISICIÓN.
El relato que hoy os voy a contar es un hecho
histórico, basado en numerosos actos de crueldad que sufrieron muchas personas
a lo largo de la historia bajo el poder de la Santa Inquisición. Una institución creada para luchar contra
los herejes e ideada para combatir a todo aquel que se alejase de la fe cristiana. Las autoridades eclesiásticas tenían la
potestad de perseguir a los enemigos de la Iglesia , y devolverles al camino correcto. Se
extendió por países como Francia, Italia, España o Portugal. Este abuso de poder duró más de seis siglos, viviendo su mayor esplendor y su mayor barbarie en la Edad Media , dejando un
reguero de sangre a lo largo de su historia, siendo recordada no sólo por la
cantidad de cadáveres que dejó a sus espaldas, sino por el uso de multitud de
instrumentos de torturas capaces de arrancar una confesión, incluso a personas
totalmente inocentes. La
Inquisición española fue una institución más tardía. Se fundó
en el año 1478 por los Reyes Católicos e investigó a conversos, moriscos, protestantes... y todas
aquellas prácticas que iban en contra de la ortodoxia católica.
En el siglo XV, vivían en Extremadura
numerosas comunidades de judíos y conversos. La institución de la Inquisición fue un duro golpe para todas ellas, pero, la aparición de
una pequeña niña profeta en el año 1499 en la localidad de Herrera del Duque, en la provincia de
Badajoz, dio gran esperanza y consuelo a estas comunidades, ya que afirmaba que
el Mesías vendría a la Tierra
el próximo año, rescatando a todos los conversos y los llevaría a la Tierra Prometida. Esta
niña se llamaba Inés Esteban y contaba tan solo con unos diez u once años de edad. El
destino de esta pequeña niña quedó marcado por la muerte de su madre, ya que la
perdió a muy temprana edad, quedando a cargo su padre Juan Esteban, un zapatero
y curtidor de Herrera del Duque.
Pero... ese gran vínculo que la unía a su
madre no desapareció, ya que siguió comunicándose con ella a través del mundo
onírico, a través de un universo que está repleto de diferentes planos de la realidad,
construido y alimentado por los sueños, planos donde los deseos y sensaciones
imperan y donde el binomio espacio-tiempo es totalmente diferente a lo que
hasta ahora conocemos en nuestro mundo terrenal. Un día, Inés decidió
contar a su padre las largas visitas que había tenido de su madre, donde
ella le acompañaba a un lugar maravilloso para recibir mensajes del reino
celestial. No pasó mucho tiempo para que se corriese la voz de aquellas
visiones por toda la comunidad judía e incluso llegaron más allá de
Extremadura. Los testimonios de la pequeña Inés hicieron que muchos de los
judíos conversos tuvieran nuevamente esperanza, armándose de confianza y
retomando sus viejas costumbres, como descansar los sábados y obedecer la ley
mosaica. Incluso muchos seguidores fueron en peregrinación a Herrera para
averiguar la verdad acerca de estas profecías y conocer a Inés en persona.
Corría el rumor de que la niña había traído tres regalos del cielo: una espiga, una aceituna y una carta. Mostrando probablemente el renacer del
pueblo judío, la esperanza y la Bendición Divina. Como podéis ver, la influencia
que causó la pequeña en la comunidad judía fue enorme, desencadenando una gran
ira y cólera en la
Inquisición. Inés profetizaba que el día ocho de marzo del año
1500 vendría el profeta Elías trayendo consigo el mensaje de la deseada
rendición, éste predicaría que con la llegada del Mesías habría perdón general
para todos los conversos y todos caminarían junto a Él hasta la Tierra Prometida.
En este largo camino todos irían vestidos de blanco y cruzarían un río dejando
atrás las riquezas ya que en la nueva tierra nada de estos bienes materiales
les harían falta. Dios haría descender a la tierra la ciudad maravillosa que
había creado para ellos, donde vivirían en abundancia y plenamente felices. No
era de extrañar que estos grandes sueños en aquellos seres desvalidos y con
gran pobreza tuvieran tanta importancia. Todas estas predicciones llegaron a oídos de la Inquisición, esperando con impaciencia que llegase la fecha de la supuesta llegada del Mesías para actuar en su contra. Un mes después de que la profecía de la pequeña Inés no se cumpliera, el Tribunal del Santo Oficio de Toledo se hizo cargo del asunto arrestando a la joven profeta para prestar declaración en abril de ese mismo año.
No hubo misericordia, no existió compasión ni
indulgencia, nada importó que se tratara tan sólo de una criatura que apenas
conocía el mundo, llena de ilusiones y fantasías acabando injustamente
encarcelada, maltratada y condenada cruelmente a morir en la hoguera por
herejía. Muchos de sus seguidores consiguieron huir a Portugal haciendo así
añicos sus esperanzas hacia una vida mejor, otros no tuvieron tanta suerte, siendo
también detenidos y obligados a rendir cuentas ante la justicia que ellos
llamaban divina. Algunos de estos seguidores también eran niños, acabando con
el mismo destino de Inés Esteban y pagando sus blasfemias con sus propias vidas.
Un castigo desmedido y cruel para lo que fue simplemente un juego de niños.
Gracias a la documentación que se conserva podemos conocer y compartir la
historia de una soñadora y luchadora a pesar de su corta edad, la historia de Inés Esteban.
FIN
"¿Cuál es el sueño de los que
están despiertos? La esperanza."
Carlomagno
Por
Virginia Ripalda Ardila