miércoles, 7 de febrero de 2018

¿Dónde estás felicidad?



¿Dónde estás felicidad?
Durante años y años busqué la ansiada felicidad, recorrí largos caminos, crucé amplios valles, le pregunté a la luna y le imploré al sol. Grité su nombre al viento, y sólo el eco me respondió.
¿Dónde estás felicidad?, ¿cuál es tu morada... para irte a visitar?
¿Dónde estás felicidad? Muéstrate en mi vida, no te ocultes más.
 Te he buscado en el pasado y sólo he encontrado el recuerdo de tus maravillosas huellas impregnadas en mi alma.
Te he buscado en el futuro y... no te he visto, ¿dónde estás?

Pasaron los años, los meses, los días y una mañana sin más, hallé la felicidad. 
¡Cuán necia he sido! ¡Siempre estuvo conmigo! Fue mi compañera, mi amiga, mi confidente, mi hermana... Sentimientos que nacen de mis entrañas, afloran y fluyen por mi sangre, dominando mi mente por un corto período de tiempo, siempre presente, embriagando mi espíritu. 
A veces, se muestra tímida, cohibida, con cierto miedo a no alcanzar mis metas. Sólo se deja ver por momentos, pero siempre está allí, en un lugar profundo de mi ser, en mi interior. Esperando ansiosa salir y alumbrar mi camino con un gran  destello de luz.
Simplemente la sonrisa de un niño, el beso de un enamorado, la mirada dulce de una madre,  o los acordes de una melodía despiertan mi adormecida musa.
Yo la miro, la siento, la anhelo, la quiero y cada vez, la necesito más. Es un trago de vino en el largo y fatigado camino, es la  brisa fresca en una noche de verano, es la ilusión, el gozo y
la alegría de un niño, es una estrella del cielo que brilla en el firmamento, es simplemente, "la felicidad".


Nos obcecamos en buscar el camino hacia la felicidad eterna, sin darnos cuenta que la felicidad está en nuestro propio camino.


  
FIN


Por Virginia Ripalda Ardila.